Lo sucedido con M. nos muestra lo que ocurre con muchos niños y niñas en todo el país y el mundo. La niñez en calle es una realidad que está permanentemente invisibilizada, y hasta que no aparece con nombre y apellido y no se espectaculariza en los medios de comunicación masiva, no se toma dimensión de los miles de niños y niñas que padecen estas situaciones de desprotección, de calle, de vivir bajo un nylon, de no tener documentación, de no estar escolarizados, de no tener alimentación adecuada, de estar en peligro de situaciones de trata y todo tipo de violencias, algo que se ha agravado desde el inicio de la pandemia en el 2020 como denunciamos en varias oportunidades quienes trabajamos en este territorio tan relegado en los presupuestos públicos que es la niñez.
La RIDDIAC es una organización latinoamericana con la que abordamos este tema junto a 10 países del continente con quienes compartimos estas realidades (con más o menos crudeza), pero a su vez, trabajamos con otras organizaciones a nivel global donde existe la misma problemática de la niñez en calle. En la mayoría de los países no hay censos ni estadísticas reales porque las personas que están en calle, que están indocumentadas generalmente, no tiene el poder adquisitivo y los recursos para consumir, y a nivel global, citando a Néstor García Canclini, el mundo se divide entre las personas que consumen y las que no. De ello depende la categoría de ciudadano. Lamentablemente un hecho como este lo evidencia.
Ha tenido un final feliz porque M. apareció, pero ahora habría que ver que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires tenga medidas tendientes a mantener la familia unida, con una casa, un empleo y la inclusión en los programas sociales que permitan que esta familia pueda seguir estando junta y en condiciones dignas.
Pero la realidad es que la mayoría de las veces, los programas están pensados para desensamblar estas familias, para separarlas. Se separa los hijos de las madres y no se abordan los problemas en su complejidad.
Quizá esto esté vinculado a la falta de trabajadores en las áreas de niñez y a sus paupérrimas condiciones de trabajo. Por citar un ejemplo, en la Ciudad de La plata, capital de la provincia de Buenos Aires, en el año 2019, según informó el Consejo Local de Niñez, sólo se conformaron diez Servicios Locales para casi 400.000 pibes y pibas que viven en la ciudad, en los cuales trabajan sólo 42 profesionales que atienden 16.300 situaciones, es decir, problemáticas complejas de 16.300 familias.
El tema de situación de calle requiere de cuidados específicos y personal especializado. Las personas en calle atraviesan muchas problemáticas y se necesita un conocimiento concreto de esas problemáticas, porque si no lo que se hace es techar los problemas, y eso no llega a buen puerto.
Desde el Foro por la Niñez proponemos:
- censos oficiales para tener la información necesaria sobre esta población, mirando especialmente a la niñez y adolescencia.
- presupuestos con planes y programas adecuados a la realidad de esta población.
Es urgente llevar adelante políticas acertadas e inteligentes que den solución, con un abordaje concreto a los problemas reales de estas familias para que puedan vivir bien, con su dignidad humana.
Creemos que es posible. Creemos que existe una riqueza tanto en recursos naturales como en recursos humanos que lo podrían lograr. Sólo es necesario cambiar de paradigma y trabajar de una forma diferente.
Promoviendo Derechos Construimos Igualdad
Foro por la Niñez
Marzo 2021
