“Tras pasar un rato demorados en la comisaría, los cinco adolescentes fueron liberados (por su condición de menores de edad). Se cree que integran la “banda de los nenes”, un grupo de chicos y chicas de menos de 18 años que cometieron varios robos en La Plata y que entran y salen de las comisarías con frecuencia.” (Clarín 30/7)
Frases como éstas no solo desinforman y faltan a la verdad sino que son armas con que se apunta a la sociedad para usar el miedo como mecanismo de cohersión y de consenso.
Nenes bandidos-leyes que no permiten encarcelarlos- inseguridad- muerte y pánico. Un sintagma tan falaz como sensacionalista.
Los niños, niñas y adolescentes no son bandidos, son niños/as y adolescentes, hijos de una sociedad que debe velar por el cumplimiento de sus derechos. Esto es que el Estado debe garantizar que tengan donde vivir, que cuenten con una familia o grupo de pertenencia que los acompañe, los cuide, los proteja, que puedan acceder a la escuela, que nadie negocie con ellos, que no los compren, que no los vendan, que no los exploten. Esto es lo que debe hacer el Estado, no se puede empezar por el final, no puede empezar por el castigo, por el encierro a quienes son víctimas de un sistema perverso que los pone en riesgo de forma permanente.
Es falaz también que los niños y niñas menores de 18 años no reciban reproche legal por parte del Estado. En la provincia de Bs As hay más de 600 chicos presos entre 16 y 17 años, y una cifra aun superior de pibes de menos de 16 que cumplen “medidas de seguridad”, que son vigilados por ese Estado que antes les negó sus derechos pero ahora les exige cumplir penas y tener responsabilidades sociales.
Sostener que los nenes son bandidos o son delincuentes, es reducir un problema social a una supuesta elección individual. Son motes, títulos, sentidos, que los medios masivos de comunicación amplifican, y se entrelaza -en forma perversa- con los discursos de los candidatos aspirantes a la presidencia del país. Hoy se oye de forma inescrupulosa a políticos pidiendo más penas, a edades más tempranas, abogando el ingreso de las fuerzas militares en los barrios (como si eso no fuera ya una realidad, pero no para perseguir a los narcotraficantes sino para garantizar sus negocios).
Resulta muy sintomático que en ningún diario provincial y nacional se dedique espacio a denunciar a los organismos del Estado que violan leyes. Sin duda debiera generarnos temor que quienes deben administrar el Estado incumpla las normas. ¿Qué pena le cabe a gobernadores e intendentes que no cumplen las leyes? ¿Podríamos pensar en penas más duras para ellos?
¡Miedo tenemos a que los pibes no coman!
¡Miedo tenemos a que las mafias (regenteadas por las propias fuerzas de seguridad del Estado) realicen negocios usándolos a nuestros pibes y pibas!
¡Miedo tenemos a que de forma impune los poderes ejecutivos provinciales y municipales no cumplan con las leyes vigentes!
Un Estado que no puede cuidar a sus niños/as esta en serios problemas para pensarse de cara al futuro.
¡Por el efectivo cumplimiento de la ley 13298 en toda la provincia de Buenos Aires!
¡NINGUN PIBE NACE CHORRO!
¡NI UN PIBE MENOS!
Por Vanesa Salgado