Historia del trabajo en red para fortalecer una familia de origen
Por: Anabel Urdaniz
Si uno se deja llevar hacia el sur por la ruta 11, muy cerca de la vorágine de la ciudad platense, de los ruidos de automóviles, de la ausencia de campo y de los grandes edificios, es posible descubrir otro mundo. Magdalena es una localidad que se encuentra sólo a 46 kilómetros de la capital de la provincia de Buenos Aires y no hace falta llegar al lugar para advertir las diferencias que existen con las grandes urbes. Ya en el viaje, el verde, los parajes, la infraestructura pequeña y humilde, anticipa lo que vendrá, un partido con 18.000 habitantes, conformado por las localidades de Estación Bartolomé Bavio, Atalaya, Vieytes, Roberto J. Payro y Magdalena.
Pero si uno es un poco más detallista al mirar el camino, alguna vez tal vez se cruce con un hombre y un niño que a diario caminan por el margen de la ruta el trayecto que los separa del pueblo y su casa en el campo. Hasta hace dos años, el adulto iba adelante en la caminata: vestido de negro, en penumbra, y el hijo detrás siguiendo los pasos del padre. Hoy, la historia dio un giro.
Relatando historias de derechos
Se trata de la situación que prácticamente dio inicio a la creación del Servicio Local de Promoción y Protección de la Niñez de Magdalena, la historia era conocida y estaba naturalizada por gran parte de la sociedad: un hombre que tenia momentos de delirio, vivía sólo con su hijo, al que no le permitía concurrir a ningún ámbito de socialización y al que pocas veces llevaba a la escuela. Quienes le dan visibilidad al caso son justamente las maestras de la Escuela Nº 3 a la que muy de vez en cuando concurría el niño llevado por su abuela. Ante el no saber cómo abordar la situación, la “solución” más práctica parecía ser decretar una medida de abrigo, internar al padre y que la abuela se quedara con la tenencia, pero desde lo que era en ese momento (año 2008) Acción Social del municipio, comienzan a pensar estrategias diferentes debido a que parecía existir un fuerte vínculo entre padre e hijo.
El Servicio Local (SL) es la unidad operativa y técnica de la ley de niñez, y en ese distrito se creó en el 2009. Desde ese ámbito, las profesionales del SL elevaron un informe al Servicio Zonal[1], quienes dictaminaron que sólo estaba vulnerado el derecho a la educación y que la resolución del caso era que el niño vuelva a la escuela.
No conformes con esta respuesta, el grupo de profesionales que componen el SL pensaron nuevas estrategias que implicaran un cambio real, ya que si bien el derecho a la educación era el primero que se veía vulnerado, la falta de interacción con el resto de la sociedad le cercenaba otros derechos: el niño no había concurrido nunca a un centro de salud a hacerse ningún examen médico.
De esta manera las trabajadoras del Servicio pusieron en foco la situación del padre y después de enviar varios informes al Zonal, lograron que el juzgado ordene la evaluación psicológica del adulto en el Hospital Melchor Romero de La Plata.
Comienza entonces un trabajo de articulación institucional, donde el Servicio Local se construye como líder de la intervención. Las profesionales de la entidad acordaron con la Comisaría que el padre fuera llevado mientras el niño estuviera en la escuela, para evitar una situación traumática. Su abuela era la encargada de llevar al pequeño al establecimiento educativo.
Finalmente, lograron llegar a esta instancia y también construyeron una red fuerte entre las instituciones. El padre quedó internado en el Hospital Romero, donde comenzó a ser atendido por un equipo interdisciplinario y el niño empezó a concurrir a la escuela todos los días.
Hasta el día que fueron a visitarlo, el niño nunca dejo de preguntar por su papá. “El instante del encuentro fue muy fuerte”, comenta Cecilia, psicóloga del SL. “Sabíamos que había que hacer algo para evitar separarlos, se notaba que allí existía un vínculo muy fuerte, en una de las visitas el papá nos dice:- a mi me cuesta separarme un segundo de mi hijo”, detalla Cecilia.
Por esto desde el SL procuraron que una vez que el hombre fue externado del Hospital de Romero, con un diagnóstico y un tratamiento claro para su patología, que se garantizara que pudieran vivir juntos padre e hijo, con un vínculo más fluido con su abuela, con la escolaridad garantizada, y un monitoreo de especialistas que pudieran acompañar esta crianza.
El trabajo de articulación es lo destacable de este caso. La escuela había elaborado cantidad de actas en donde se dejaba constancia que las maestras habían tratado de acercarse al padre del niño, sin éxito. Con la nueva estrategia creada, el rol del establecimiento educativo en este caso marcó un hito en términos de pensar otras formas de actuar evitando la derivación institucional. En este sentido la Jefa distrital de Magdalena, en ese momento Inspectora de Primaria, María Teresa, comenta que “todavía es una tarea pendiente evitar que la escuela delegue, tenga una mirada mas abarcativa de las problemáticas y pueda pensar en las trayectorias escolares. Esta historia fue un desafío y hoy es un ejemplo para saber que es posible el trabajo en equipo.”
Sobre el Servicio Local
El organismo está conformado en la actualidad por 5 profesionales, dos psicólogas y tres trabajadoras sociales, quienes unánimemente afirman que la permanencia en la institución es lo que ha hecho que se puedan aceitar algunos mecanismos. En la actualidad manejan aproximadamente 70 casos. Tienen reuniones de equipos los martes y jueves para pensar estrategias y escuchar distintas opiniones.
Además, han sido impulsoras de la formación del Consejo Local de Niñez[2] del distrito, al que concurren trabajadores del juzgado de paz, la policía, el hospital, las escuelas, el Centro de Prevención de Adicciones y el programa provincial ENVION, entre otros organismos e instituciones. En este sentido señalan que aún queda muchísimo por hacer para que las instituciones todas comprendan la corresponsabilidad ya que, según comentan, algunas todavía actúan derivando y desentendiéndose de las situaciones.
En esos casos “no hay una bajada institucional de trabajo en red, espacios de reunión existen, pero el accionar no cambia en base a lo discutido en la red, y existen casos como el de este padre con su hijo, en donde la articulación es el fuerte principal” afirma Luciana, una de las trabajadoras sociales del organismo.
Para garantizar la unificación de criterios, se propuso la creación de una guía para que las instituciones produzcan informes sistemáticos sobre los casos que le llevan al Servicio, allí además de los datos individuales de los niños y las niñas, deben dar cuenta del trabajo previo de cada institución en la restitución de los derechos.
Nuevos paradigmas
Si esta situación hubiese ocurrido en el viejo Sistema de Patronato, las profesionales no dudan que el niño hubiese quedado bajo la tutela del juez y el padre internado quién sabe por cuánto tiempo.
Vale la pena aclarar que para el momento de la intervención, entraba en vigencia la Ley de Salud Mental 26.657, que al igual que la Ley de Niñez Nacional 26.061 y la Provincial 13.298, plantea una forma integral de concebir a las personas, no como objetos de derechos sino como sujetos y tiene como pilares de acción la desjudicialización y la desinstitucionalización de las prácticas. Este nuevo marco no sólo dio lugar a una corta intervención en Romero hacia el adulto, sino que además, con el fin de garantizar el seguimiento del usuario de salud, se logró garantizar que el Hospital de Magdalena tuviese una psiquiatra.
Desde el establecimiento educativo, Maria Teresa afirma que “la ley es para militarla, las cosas adentro de la escuela están cambiando, se esta abriendo más a la sociedad. Las instancias de diálogo y capacitación como el programa “Patios Abiertos”[3] sirven para eso, ir pensando otras formas de abordar las situaciones de derecho vulnerado dentro de la institución.”
Como queda expuesto, aun queda mucho por hacer para fortalecer el sistema. Una de las deudas pendientes es trabajar con todos los niños y niñas y no sólo con el 9% que tienen derechos vulnerados, pero los recursos humanos, antes que materiales, no permiten trabajar desde la promoción y la prevención.
“No hay ofertas interesantes para los jóvenes, son necesarios programas, más fondos y políticas públicas. El Servicio Local de Magdalena esta haciendo con pocos recursos, enormes esfuerzos, uno valora eso, pero necesitamos más recursos, eso en última instancia es indispensable”, afirma la Jefa Distrital de Magdalena.
De todas formas contar estas historias de restitución de derechos, genera la existencia de un horizonte posible a perseguir y conseguir. Mientras tanto habrá que seguir caminando como el niño y su padre al costado de la ruta, quienes, es necesario agregar, ahora caminan juntos.
[1] El Servicio Zonal es la institución que nuclea a los distintos Servicios Locales según los partidos judiciales de la provincia de Buenos Aires. Su labor es aprobar el paso de los niños y las niñas por agun programa provincial y todas las medidas de abrigo, guarda y adopciones deben tener su aprobación- En el caso de no existir Servicio Local, deben realizar sus tareas.
[2] El Consejo Local de Niñez es otra de las entidades municipales creadas en el marco de la nueva Ley 13298, esta conformado ad honorem por distintos instituciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajen con niñez, su labor es generar diagnósticos situacionales para sugerirle al ejecutivo políticas públicas necesarias para cada distrito.
[3] “Patios Abiertos”, dependiente de la dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, se viene implementando desde el año 2004. Mediante tareas educativas, recreativas, artísticas y lúdicas, la iniciativa se propone fortalecer el vínculo entre la escuela y la sociedad convirtiéndolas en ámbitos de expresión.