«Vivimos en un país que produce alimentos para más de 400 millones de personas, entonces hay responsables de que nuestros niños no sean alimentados, siendo que es lo más preciado que tenemos como sociedad. Un pueblo que no cuida a sus pibes, hipoteca su futuro y su presente mientras construye un sistema genocida», denunció Giuliani.
Giuliani retomó los estudios que indican que si en los primeros años de vida no se consume la debida alimentación y los debidos abrazos «algunas de estas cosas son irrecuperables, porque es el momento en que desarrollamos el intelecto». «Esta no es una cosa que se le escapó sin querer a un ministro que hizo mal las cuentas, esto es algo que decidió deliberadamente: hacer una trasferencia de recursos de los sectores populares a los sectores concentrados de la economía», dijo.
Esta tendencia, de todos modos, se agrava en los últimos meses: «Con el anterior gobierno también había pobreza y no hubo soluciones estructurales. Por eso con cualquier modificación económica, aquellos que estaban en cercanía con estas políticas de ajuste, caen en la pobreza. Por eso hoy retomamos con tanta fuerza aquella consigna ’el hambre es un crimen’, y si hay crimen es porque hay criminales, y son quienes diseñan las políticas económicas y sociales en nuestro país».
«La pregunta que nos venimos haciendo es si este modelo de Estado que reproduce la pobreza y la marginalidad, tiene capacidad y voluntad política de resolverlo», cuestionó Giuliani, a la vez que reclamó políticas sociales, de educación y salud, pero sobretodo «es imprescindible el trabajo digno para sus padres».
Finalmente se refirió a la «Caravana de los Pibes y Pibas» que partirá el próximo 25 y 26 de octubre desde La Plata hasta Plaza de Mayo: «es para poder denunciar al sistema, pero además para demostrar que las organizaciones de niñez tenemos políticas públicas y populares cotidianas para resolver la problemática de niñez, que claro que no alcanza, por eso queremos poner el conflicto en la agenda pública, para discutir ¡ya! qué hacemos con nuestros pibes».
Fuente: ACTA-CTA