Buenos Aires, 5 de mayo de 2016.- El 30% de las chicas y chicos de entre 0 y 17 años que vive en Argentina es pobre y un 8,4% es extremadamente pobre, según un estudio de UNICEF que mide lapobreza multidimensional, una categoría analítica que combina 28 indicadores de privación que miden desde la nutrición de los niños hasta la exposición a la violencia.
En lugar de analizar el nivel de ingresos que hay en un hogar, como hacen las mediciones clásicas, esta nueva medición de la pobreza se construye a través de 28 indicadores de privación que detectan carencias materiales y emocionales e impiden el desarrollo integral de los chicos. Estos indicadores se agrupan en diez dimensiones, asociadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Convención Sobre los Derechos del Niño. Las diez dimensiones son Nutrición, Salud, Educación, Información, Saneamiento, Vivienda, Ambiente, Violencia, Trabajo, Juego e Interacción.
La dimensión Educación, por ejemplo, cuenta con tres indicadores: niñas, niños y adolescentes en edad escolar obligatoria que no asisten a la escuela; que tienen entre 14 y 17 años con educación primaria incompleta; que asisten pero con sobreedad. La dimensión Ambiente, en tanto, detecta si la vivienda está ubicada en zona de basural permanente; en zona, terreno o calle inundable; cerca de una fábrica contaminante; en un área de recolección regular de residuos.
“La pobreza multidimensional es una herramienta que permite analizar en detalle las privaciones que sufren los chicos, que son las causantes de la desigualdad. Esta información es vital para desarrollar políticas públicas que además de hacer transferencias monetarias directas, contemplen acciones focalizadas en otras dimensiones de la pobreza como el saneamiento o la exposición a la violencia”, afirmó Sebastián Waisgrais, especialista en monitoreo y evaluación de programas de UNICEF.
Los 28 indicadores de privación que componen las diez dimensiones de la pobreza multidimensional están construidos con datos de laEncuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados(Multiple Indicator Cluster Surveys o MICS, según su sigla en inglés), impulsada por UNICEF y realizada en Argentina entre 2011 y 2012 y por datos más recientes de la Encuesta Permanente de Hogares de 2015.
De acuerdo con esta metodología multidimensional, en Argentina el 30% del total de niños en situación de pobreza multidimensional. Este porcentaje representa alrededor de 4 millones de niñas y niños que tienen un promedio de 5,7 privaciones entre las 28 posibles. La medición también alcanza a las chicas y chicos extremadamente pobres, que constituyen el 8,4% de la población infantil y que tienen en promedio 8 privaciones que afectan sus derechos.
Los estudios tradicionales miden la pobreza a través del consumo o el ingreso. De esta manera establecen si las familias tienen capacidad de satisfacer, por medio de la compra de bienes y servicios, un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales como la vestimenta y el transporte. Las familias que están por debajo del umbral de la “línea de pobreza” son aquellas que no tienen capacidad de cubrir estas necesidades básicas.
“El ingreso monetario sólo contabiliza a los niños cuyos padres tienen la billetera vacía, y deja fuera de la estadística a las familias que técnicamente cubren las necesidades monetarias básicas y aun así son pobres si se consideran otras dimensiones como las que propone la nueva medición”, explicó Waisgrais.
El estudio de UNICEF muestra que el 19% de niños que no son pobres por ingresos sí lo son por dimensiones no monetarias como la educación o la vivienda inadecuada. En tanto, un 34% de los que no son pobres por dimensiones no monetarias, sí lo son por el criterio de pobreza monetaria.
“Esta diferencia metodológica es decisiva desde la perspectiva de las políticas públicas”, advirtió Waisgrais. Los programas de transferencias monetarias condicionadas que suplementan el ingreso familiar para superar el umbral de pobreza monetaria sólo estarían llegando a un 45% de los niños multidimensionalmente pobres.
De acuerdo con la medición de UNICEF, las privaciones en información (acceso a internet, TV, teléfono fijo y móvil, computadora), protección contra la violencia doméstica, salud y el tiempo para jugar son, en ese orden, las más importantes en la Argentina. Esas cuatro dimensiones (40% del total) explican un poco más del 63% de la pobreza. El 33% restante está distribuido en valores similares; la nutrición y la protección contra el trabajo infantil son las que tienen menos preponderancia en el total.
El ejercicio de los derechos de la infancia está condicionado por las características de los hogares que el niño no elige. En este sentido, un niño que vive en un hogar cuyo jefe es un asalariado no registrado tiene una probabilidad 3,4 veces más alta de experimentar privaciones, comparado con un niño que reside en un hogar cuyo jefe es un asalariado registrado.
Del mismo modo, la brecha entre niñas y niños de diferentes estratos sociales es muy pronunciada. Los niños que están en la base de la escala social tienen una chance 13 veces más elevada de sufrir privaciones, comparados con aquellos que están en la cúspide de la pirámide social. La probabilidad de ser pobre de un niño que reside en el Noroeste Argentino es 6,5 veces más elevada que la de un niño de la Ciudad de Buenos Aires.
La comprensión de los efectos combinados de las múltiples privaciones que afectan a los niños y la necesidad de generar una medición rutinaria de la pobreza infantil multidimensional en las estadísticas públicas son factores esenciales para identificar las causas de la inequidad y generar respuestas de políticas que apunten al cumplimiento efectivo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en Argentina.
Informe de UNICEF