Según las estimaciones internacionales, hoy el epicentro de la pandemia está en América Latina, golpeando con fuerza a una región castigada con altísimos niveles de pobreza e indigencia. En este artículo elaborado por miembros de la RIDIAC, vamos a mostrar un pantallazo de la situación en Argentina, Brasil, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Desafíos de la región frente al COVID19
“Yo les vengo a hablar sobre los niños y las niñas de la calle. Ellos no tienen tapa boca, andan en la calle porque no tiene mamá y papá y no tienen comida, no tienen casa, hogar, no comen y no tienen nada, están bajo la lluvia, algunos consumen droga. Yo pienso que deberían tener un hogar donde vivir, casa, comida y muchos alimentos, que vayan a la escuela y que tengan buena familia y bienestar”.
Keila, Venezuela, 12 de abril de 2021
Las medidas tomadas desde el inicio de la pandemia tienen una impronta netamente etnocéntrica, sanitarista, de seguridad y adultocéntrica, tomando como ejemplo disposiciones de países europeos o asiáticos- en donde comenzó la pandemia- que distan de la realidad Latinoamericana. Así se indica en el informe “Víctimas Silenciosas y silenciadas” que da cuenta de las infancias y adolescencias en cuarenta, trabajo realizado por Luis Pedernera y Josefina Doz Costa del comité de los Derechos del Niño del Uruguay, publicado en diciembre de 2020.
Desde los primeros meses del año 2020 al inicio de la pandemia, las Naciones Unidas había advertido que producto de las medidas tomadas ante el COVID19 la pobreza extrema iba a alcanzar a un número de niños cercano a los 66 millones que se suman a los ya 386 millones que se encuentran en esa situación. Según datos de UNICEF, seis mil niños de menos de seis años morirían diariamente por causas prevenibles y evitables como consecuencia de la pandemia.
En tanto, el Banco Mundial señaló que la economía mundial se vio afectada con la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Esto repercute principalmente en las regiones que ya venían castigadas por crisis económicas y aumento de pobreza, afectando principalmente a los niños y niñas.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en América Latina la pobreza y la pobreza extrema alcanzaron en 2020 niveles que no se han observado en los últimos 12 y 20 años, respectivamente, así como un empeoramiento de los índices de desigualdad en la región y en las tasas de ocupación y participación laboral, sobre todo en las mujeres, debido a la pandemia del COVID-19 y pese a las medidas de protección social de emergencia que los países han adoptado para frenarla.
Las medidas que tomaron los gobiernos para abordar la pandemia por covid19 se realizaron sobre un modelo de familia con necesidades básicas satisfechas, hábitat y un piso de conectividad, que para millones de personas – especialmente niños y niñas- en Latinoamérica, han sido difíciles o imposibles de poner en marcha.
El desafío que se plantea es el de pensar la protección y el cuidado como un sistema. Esto es muy diferente a pensar el abordaje de la pandemia sólo desde el saber médico y científico. Se necesitan incorporar otras disciplinas que contemplen la complejidad del ejido social y las particularidades de cada grupo poblacional adaptando las medidas a las realidades concretas, para que puedan ser puestas en práctica. El abordaje holístico que incorpore la integralidad del niño y niña es fundamental.
Frente a esta situación nos parece importante preguntarnos, qué sucede con los niños/as y adolescentes en situación de calle, los cuales mantienen su vínculo con el espacio público para llevar adelante sus prácticas de sobrevivencia. El confinamiento social no solo no parece ser una posibilidad para muchos sino que en otros casos puede constituirse en situaciones que profundizan su vulnerabilidad.
Proteger a niños/as y adolescentes cuya vulnerabilidad se potencia aún más en este contexto sanitario, implica que los Estados deben respetar el derecho a la no discriminación generando medidas específicas para garantizar sus derechos.
Para ello, el Comentario General N° 21 del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas [1] debe ser una referencia para el abordaje de la problemática garantizando los derechos de niños/as y adolescentes tales como su libre circulación, el acceso a información sobre COVID- 19 con formatos accesibles para su comprensión, garantizar también su integración a procesos educativos a partir de alternativas que se puedan generar desde las particularidades y necesidades de los sujetos, mantener los servicios básicos para garantizar su asistencia entorno a la alimentación, salud, alternativas de convivencia; etc. Para ellos se vuelve necesario el diseño de respuestas intersectoriales desde los Estados en interacción constante con las organizaciones de la sociedad civil y la participación efectiva de los/as niños/as y adolescentes.
En este trabajo, veremos algunos aspectos de cómo afectan la pandemia, la pobreza y la desigualdad a la Niñez en Calle en nuestros países, con testimonios en primera persona, opiniones de referentes y la voz de nuestros niños y niñas.
