La jornada Nacional por la Niñez representa la reafirmacion de los fuertes compromisos asumidos por las organizaciones sociales que , consagraran en la Ciudad de Rosario uno de los hitos de mayor capacidad de denuncia, análisis critico de la realidad y propuestas en función de hacer efectivo los derechos plenos de los niños, niñas y adolescentes en nuestro país.
Bajo la consigna «La Niñez no es peligrosa, esta en peligro» se esta reconociendo e identificando una variedad de situaciones que afectan la realización de los derechos especialmente entre los pibes y pibas de las barriadas populares.
Bajo el modelo económico social que determina inexorablemente el aumento de la pobreza, aleja progresivamente al Estado de su condición de garante de los derechos establecidos en las Normas Internacionales, Nacionales y Provinciales, evidenciado en la reducción de presupuestos, desarticulación de programas de promoción provocando certeros golpes a la educación y salud publica entre otras expresiones de la política de corte neoliberal.
Aunque resulte doloroso e indignante reconocer que casi la mitad de los niños se encuentran sumergidos en la pobreza o cuando se advierte que los sectores adolescentes lejos de ser reconocidos en su potencial participativo son objeto de estigmatización, violencia institucional o atrapados en las redes mafiosas que actúan con el beneplacito o la aquiescencia de las autoridades de los organismos de seguridad, no hay duda alguna que la niñez se encuentra en peligro y los responsables pretenden ignorarlo.
El protagonismo de nuestros jóvenes, especialmente de los sectores populares, constituye una de las voces colectivas con mayor potencia en el reclamo de justicia. Pero sus voces sólo se amplifican si desde los diversos sectores de la sociedad, los trabajadores organizados, los organismos de derechos humanos, el mundo académico y educativo, las iglesias, los acompañan comprometidamente asumiendo como propia la agenda de la niñez.
En el marco de esta Jornada Nacional de Niñez unimos nuestra voz a la de millones de argentinos.
Norberto Liwski