Difícil definirla con palabras usadas y gastadas.
En los momentos buenos, pero en especial en los difíciles ahí estaba con su chaleco del Foro y acompañada de «las chicas» y de «sus chicos», ya fuera una marcha, una Llamadas de Pibes y Piba, un encuentro, una charla, una reunión. Siempre con su optimismo y una confianza plena en los proyectos colectivos, difícil de encontrar en tiempos tan mezquinos.
Era una de esas personas que te ponen contenta cuando llegaba a algún lugar.
Siempre generosa, generosa con los abrazos, generosa con los espacios que ocupaba, generosa con el amor, generosa en las iniciativas.
Siempre tenía la palabra justa para no bajar los brazos, para que no nos gane la bronca, el enojo o la desesperanza. Siempre apostando a seguir en la lucha por un mundo más justo, siempre del lado de lxs laburantes, de los pibes, de las mujeres.
Desde Berisso y desde su lugar de militante gremial y barrial pero pensando y sintiendo más allá, cómo cuando propuso el seminario de niñez trans.
Siempre optimista, solo la vimos llorar una tarde por «sus chicos», esa banda de pibes y pibas de Berisso de los Angelitos de Santa Cruz, los Chiquitos de Villa Roca, l@s peques del Carmen.
Nos deja un ejemplo enorme y la tarea de continuar sus luchas.
Seguro ya está con Carlitos Cajade, conspirando desde el cielo por un mundo mejor para todes, segura de que tarde o temprano, con ternura venceremos.